Maestro arroyo

  • De su primera promoción, seis decidieron seguir sus pasos y hoy son profesores de primaria. En la actualidad, se desempeña como director de una I.E. de Breña

El maestro José Arroyo Herrera (59) ha sido fuente de inspiración para muchos de sus exestudiantes, quienes ahora son sus colegas de trabajo. En la actualidad se desempeña como director en la I.E. 1017 Señor de los Milagros, de Breña, y es muy querido y respetado por los miembros de su comunidad. Incluso, como anécdota, cuenta que sus vecinos le han pedido que postule para alcalde del distrito, sin embargo, su único interés, señala, se encuentra en las escuelas.

Tiene 40 años de carrera en el servicio educativo, inicialmente como docente del nivel primaria y ahora como directivo. Recuerda con gran cariño a su maestro José Paredes, a quien afirma fue su inspiración para convertirse en maestro. Incluso, luego de culminar sus estudios, fue a buscarlo para abrazarlo y mostrarle su título de egresado.

“Es un referente para mí. Un tipo justo, puntual en la clase, se preocupaba por las familias de los estudiantes, y predicaba con acciones, no solo con palabras. Influyó mucho para que yo elija la docencia, porque era un ejemplo con tantas virtudes”, asegura José Arroyo.

Años más tarde, la historia se repitió. El director paso a ser el modelo de muchos de sus estudiantes. De su primera promoción, seis eligieron ser docentes de primaria, por él. Todos coincidían en que tenía una paciencia infinita, y resaltan la sonrisa con la que los recibía en la puerta del aula.  Además, admiraban la forma en la que se preocupaba por sus familias y la dedicación que le ponía a la hora de educarlos.

“Fue hace como 10 años que mis estudiantes de la primera promoción, en la I.E. República de Bolivia, de VES, me contactaron y me invitaron a una reunión. Ahí me dijeron que habían elegido ser docentes por mí y eso me dio mucha satisfacción, sentí que se repitió lo mismo que yo pasé. Hemos bailado, nos tomamos fotos y conversamos por horas. Cuando yo fui su profesor, tenía 19 años, y ellos me veían como un hermano mayor, que les brinda afecto y que buscaba ser su amigo”, explicó José Arroyo.

El maestro José tiene más de 15 años como director de la I.E.1017 Señor de los Milagros, de Breña, y se siente muy feliz porque, además, vive en dicho distrito desde hace muchos años. Su carisma, su cercanía con sus vecinos y su proactividad en las actividades del barrio, hizo que se gane el reconocimiento de su comunidad.

“El colegio está ubicado en la cuadra 11 del jirón Napo, tiene sus zonas laterales que son muy bravas, pero a mí me ven con buenos ojos. He sido docente de los hijos de muchos de los vecinos y me respetan, lo mejor de todo, nunca se meten con nosotros. Por el contrario, me encargan a sus hijos. A mí me gusta interesarme por el prójimo, porque soy creyente. Hasta me han dicho que debería ser alcalde”, asegura José Arroyo entre risas.

Pura admiración

María Pinto Ramírez decidió ser maestra de primaria por su exprofesor, José Arroyo. Asegura que marcó su vida desde muy pequeña, porque siempre estaba cerca para apoyarla. “Yo estaba delicada de salud y tenía muchos problemas, lloraba mucho en clase. El profesor ya no sabía ni que hacer para consolarme. Recuerdo que me compró un té y unas galletas en el quiosco, y luego se quedó ahí para preguntarme que me pasaba. Yo era una niña, pero esos detalles nunca van a desaparecer de mi mente”, sostuvo.

“De él aprendí que puedes tener mil problemas en casa, pero al llegar al aula tienes que mostrar una sonrisa, estar feliz, es lo que esperan los estudiantes. Yo siempre vi su sonrisa en la puerta del salón. Así nos recibía, y yo trato de hacer lo mismo siempre con mis niños y niñas”, afirma María Pinto, quien actualmente es docente de primaria en el colegio Fe y Alegría 23, de Villa María del Triunfo.

La maestra María sostiene que sus enseñanzas y consejos, no solo las aplica en las aulas, sino también les sirven para ser una mejor madre y buen ser humano. Recuerda que hasta el día de hoy tiene grabado en la mente, el número de teléfono de la casa del maestro José Arroyo. Ella asegura que, de tener un problema, su docente estaría ahí, como cuando tenía 9 años, para apoyarla nuevamente.   

Por su parte, Silvia Cerna Quintana, quien también fue parte de la primera promoción del docente, manifiesta que José Arroyo fue como un padre para ella en el colegio. Recuerda que el profesor le fue ayudando de a pocos a vencer la timidez que tenía. “Me sacaba las palabras de a poquitos de la boca. Me tenía paciencia y eso me inspiró a querer ser como él. Hasta hoy recuerdo todos los consejos que me daba”, explica.

Silvia, quien se desempeña como docente de primaria en la I.E. 7242 Divino Maestro, de Villa El Salvador, recuerda como anécdota que, durante mucho tiempo estuvo buscando por redes sociales al docente José Arroyo, y cuando lo encontró, cuenta que lo primero que hizo fue agradecerle por ayudarla a vencer sus temores. “Le dije, por usted estoy aquí, por usted soy docente, ya no soy tímida, ahora somos colegas”.